Ya lo dicen las canciones y los poemas: el amor duele. Pero ahora, gracias a la nueva tecnología, los científicos están confirmando que el sufrimiento emocional realmente puede doler físicamente… y eso pasa, cuando un alumno se siente excluido durante las clases… sin dudas, el costo para ese alumno es altísimo.
«El sistema de uniones sociales está muy vinculado al sistema de dolor físico para asegurar que el ser humano permanece conectado de cerca a los otros», afirma la Dra. Naomi Eisenberger (UCLA).
«Cuando se nos separa de una relación, o un grupo nos rechaza, es muy doloroso -agrega- así que intentamos evitarlo».
El dolor físico es una advertencia de nuestro organismo para no hacer algo que nos hace daño, por ejemplo, caminar con un tobillo o una pierna rota.
El dolor emocional, afirman los expertos, también puede ser una advertencia, por ejemplo, para no volvernos a acercar a cierto tipo de hombre o de mujer que nos puede herir emocionalmente.
Y de la misma forma como el dolor físico puede volverse crónico, también ocurre los mismo con el dolor emocional.
Mary Frances O’Connor, otra investigadora de UCLA lo llama «pena compleja» y ésta, dice, ocurre en aproximadamente 10% de las personas que sufren la pérdida de un ser querido.
«Estas personas experimentan mucha amargura y enojo, y sienten que su futuro no tiene sentido. Además no pueden adaptarse al dolor con el paso del tiempo, como muchas otras personas sí lo hacen», afirma O’Connor.
En los pequeños alumnos termina perjudicados en el pensamiento analítico y, sobre todo, en el pensamiento divergente o creativo. De allí la importancia de integrar (incluir) siempre!!!.