Se establecieron lugares críticos, en donde se admitía el uso de halones, mientras se buscaba su reemplazante ecológico:

• En aviones, para proteger las cabinas de la tripulación, las góndolas de motor, las bodegas de carga, las bodegas de carga seca y la inertización de los depósitos de combustible.
• Zonas ocupadas por el personal y compartimentos de motores de vehículos militares terrestres y buques de guerra.
• Para inertizar zonas ocupadas donde puede haber fugas de líquidos y/o gases inflamables en el sector militar, el del petróleo, el del gas, el petroquímico y en buques de carga existentes.
• Para inertizar puestos tripulados de control y de comunicación de las fuerzas armadas o de otro modo esenciales para la seguridad nacional existentes.
• Para inertizar zonas con riesgo de dispersión de material radioactivo.