Un día me lo encontré de frente. No lo dudé.
Lo saludé como si fuéramos conocidos. Buen día, Pampa!!!.Y se soltó a hablar. De que todavía compone. De que usa una guitarra, la única que tiene desde hace más de 30 años. De los cuadernos que quemó con poesías y novelas tras un fracaso amoroso. Y se da un charla que trato de rememorar fielmente.
De su condición de libertario. De “el derecho mío termina donde empieza el tuyo, idea pijotera si las hay, mi derecho tiene que pasar al tuyo, unirse y así ir a los derechos de los demás, y todo eso generar un gran derecho que nos haga felices a todos”.
“Vos escuchame a mí, que hasta del más infeliz se aprende algo”.
Larralde y sus conciertos de cuatro horas y media todavía hoy, cuando tiene 81 años. Larralde, totalmente negado a darles notas a los periodistas -“Ponen lo que se les canta”-. Larralde y “No me estarás grabando, la reputa madre”.
“Filosofía tiene el hombre que vive en el medio de la pampa, tirado en un campo comiendo mulita mientras soporta 3 grados bajo cero en invierno y 40 grados en verano. Quien fue a la universidad sólo tuvo la suerte de informarse mejor”.
“¿Por qué hablar de persona culta o no siendo que cultura tenemos todos? ¿O te pensás que no es culto el tipo que sobrevive allá en la Puna, criando una cabra, viendo dónde mierda consigue agua?”
“Si querés perdurar, asegurate de dejar algo para que no te olviden. Eso, justamente, a mí me importa un carajo”.
Larralde citando a Einstein. De hombres, átomos y el tiempo. “Las que están buenas son las viejas de Huanguelén”. “No escribo libros, ni pienso en una biografía, pero esto que hablamos ahora, entre nosotros, es una página escrita de mi vida”.
Larralde y “creo que a los 7 años escribía mejor que ahora”.
El cuestionamiento al raciocinio del hombre. “Algunas personas tienen cabeza sólo para que el cogote no les termine en punta”.
La ciudad antes que el campo. “El departamento en el que estoy ahora es tan chico que dejo la sombra afuera”. Su negación a la gira fuera de la Argentina. “Fachos somos todos un poquito, pero tratamos de disimularlo”.
Larralde y sus tres divorcios. “Yo respeto a Mandela, al Che, a Gandhi, a Martin Luther King, a todos los que se jugaron por un ideal. Aunque no esté de acuerdo con alguno de ellos”.
Larralde y una expresión permanente: la libertad. La libertad. La libertad. “Vivo donde me agarra la noche”.
Le doy la mano. La aprieta fuerte y me pide disculpas, si me hizo perder el tiempo…le digo “Usted es un referente, una inspiración para muchos”, él replicó con un “¿De qué? Dejate de joder”.
Grandeza, le dicen…