C»on el oído atento voy marchando en la vida,
auscultando el rumor que emerge de las cosas,
en espera angustiosa de la estrofa, aprendida
a la lírica fuente de notas armoniosas.
Mientras tanto el silencio, alma mía, alma ansiosa
de encontrar el sendero que te lleve a la cima
promisoria y serena. Al silencio acuciosa…
Mañana, al alba hermana, te ofrecerá su rima.
Si acaso la palabra, como el mármol, desnuda,
Se resiste a dar forma al pensamiento grave,
tornarase la lira trágicamente muda
hasta que llegue el verso transparente y suave.
Con el oído atento voy marchando en la vida
auscultando el rumor que emerge de las cosas,
en espera angustiosa de la estrofa aprendida
a la lírica fuente de notas armoniosas».
«Con el oído atento», nos reza la preciosa pluma de Teófilo V. Méndez Ramos